LA TERTULIA
(Por Mariluz Barrera Glez)
La Huesuda emocionada
a a biblioteca llegó
pues en el mas allá todos hablaban
de una famosa reunión.
Según se había enterado
se la pasaban muy bien
conversando y aprendiendo
y se reían también.
La calaca estaba ansiosa
por participar ahí
en esta famosa Tertulia
y tener un gran festín.
Se hablaba de muchos temas
de libros, mangas y comics,
de peliculas y series
y anécdotas por montones.
En este bello jolgorio
nunca podía faltar,
un cafe, un rico smoothie,
y el mesero sombrerero
que ya era muy popular.
Diversas generaciones
enriquecían la noche
contando muchas lecturas
con sus respectivos spoilers.
La muerte llevaba prisa
y estaba muy emocionada
ya quería escuchar historias
aunque no leyera nada.
Desde un poeta, una abogada,
una pintora y un arquitecto,
las diversidad era grandiosa
pa' llevarlos al cementerio.
Cuando los conoció a todos
se fue muy decepcionada
pues ya tenía listas las tumbas
para cada tertuliano
pero nadie quiso dejar
los libros que se habían comprado
y entonces les dijo a todos
regreso hasta el próximo año.
LA BIBLIOTECA
(Por Mariluz Barrera Glez)
Cuando llegó la Catrina
realmente se sorprendió
la cantidad de usuarios
sus expectativas superó.
Son más de 400!!!!
exclamó con emoción
pero solo vine por aquellos
que no renuevan la suscripción.
La Lectura es mas que un simple acto
que se vive con emoción
es una gran experiencia
que llena de satisfacción.
La Huesuda está contenta
y nos cuenta que en el más allá
en el infierno de Dante
hay un espantoso lugar
con espacio para usuarios
que tardan en devolver
los libros que han prestado
y que se enojan también.
La pobre Tessy le cuenta
que a veces le han gritado
y que se ofenden furiosos
por recordar sus atrasos.
En el cine filosófico
la gente está muy feliz
porque ven una película
y pueden hasta aprender
temas de filosofía
que los llegan a sorprender.
Hay muchas actividades
pero la mas popular
es la Escritura Terapéutica
que rebasa ya a un centenar
de personas mas que dichosas
que han logrado descubrir
que reescribir sus historias
puede ayudar a sanar
situaciones tormentosas
difíciles de solucionar.
Dianita llegó de visita
al que fuera su amado hogar
la muerte le dio permiso
de volver una vez mas
con sus hermosos maullidos
vino para recordar
que fue muy feliz entre libros
y que nunca los olvidará.
La fundadora está cansada
y parece desfallecer
pero la creatividad no se le acaba
y no dará su brazo a torcer.
Ya se encamina la calaca
de nuevo para el panteón
deseando a El Gato de Alicia
Salud, dinero y amor,
e invita a los usuarios
a no dejar de colaborar
con tan noble proyecto
que impacta hasta al mas allá.
LOS TERTULIANOS
(Por María A. Gonzalez - Tony)
Estaban los Tertulianos
muy contentos en su plática
hablando de calaveras
y de misterios sin fin
cuando de pronto aparece la muerte
bien equipada para llevarse
a toda la concurrencia.
Todos nos paralizamos
los pelos se nos pararon
los ojos se nos saltaron
la boca se nos abrió
fue tan fuerte la sorpresa
Mariluz se desmayó,
José corrió a levantarla y la muerte lo agarró.
Todos nos asustamos,
corrimos como pudimos
y a todos nos atrapó
Hoy todos hacemos chorcha
en el centro del panteón.
EL POETA
(Por María A. González - Tony)
Estaba Andrés componiendo
una poesía apasionada
queriendo ganar el cielo
y el corazón de su amada.
Cuando la puerta se abrió
Andrés no esperaba a nadie
y la naríz asomó
Que sorpresa se llevó!!
cuando la muerte miró.
La Calaca desdentada
una sonrisa le dió
y sin decir nada más
de un jalón se lo llevó.
Ahora el poeta escribe
en lápidas del panteón
mientras la muerte lo observa
desde un oscuro rincón.
LA VIOLINISTA
(Por María A. González - Tony)
Sofi tocaba y tocaba
las notas en su violín
y con hermosas tonadas
a la muerte despertó.
La calaca muy molesta
a su ventana acudió
a ver quien era esa niña
que su sueño interrumpió.
Sofí seguía tocando
que ni siquiera miró
cuando la muerte encantada
el violín le arrebató.
La muerte se la llevó
y el violín le encantó
se puso a tocar con el
pero tan desafinada
que las tumbas retumbó.
Pobres muertos
pobres almas
los oídos les dolían
salieron desorientadas
a buscar nueva morada.
GABY
(Por María A. González - Tony)
Gaby estaba feliz leyendo una novela
cuando de pronto sonó un quejido espeluznante
y su concentración rompió.
La calaca la miró
y sus garras afiló
tomándola de las manos
a la tumba la llevó.
Hoy Gaby está descansando
en una tumba forrada
de todas sus historietas
y sus mangas favoritos.
1, 2, 3... VENTILO
(Por Elaine Reyes)
Hay cosas y situaciones, que como médicos, cargamos muy dentro; algunas buenas, otras no tanto. Estos son los recuerdos a los que accedemos cuando la guardia o el día son estresantes, cuando sentimos que no podemos más, cuando no vemos el final del camino.
Algunas nos animamos a compartir, entre risas; estas anécdotas son nuestras favoritas, los chascarrillos del día al día, las situaciones que terminaron bien. Las que nos hacen sentir bien, contentos, realizados en nuestra profesión.
Otras, evitamos decirlas a cualquier persona, tal vez se puedan mal interpretar, o es tanta la carga emocional de estas historias, que solo en el círculo médico se narran. Son las que nos tienen despiertos en la noche, pensando, ¿el diagnóstico fue oportuno? ¿el tratamiento fue adecuado?, ¿pude haber hecho alguna otra cosa? Esta es la otra parte del ser médico; uno no deja de ser médico, por más que ya haya llegado a casa. Muchas veces nuestros pacientes nos acompañan escondidos en los bolsillos de la bata, y salen de esta, cuando todo está en silencio.
Existen otras, que no se pueden clasificar; que simplemente se nos quedan grabadas por algún motivo en especial, por ser tan llenas de humanidad, que el ámbito clínico fue únicamente el lugar donde se desarrolló y tuvimos el privilegio de poder presenciarlas.
En mi internado recuerdo especialmente, una guardia de fin de semana, en medicina interna, en la cual había varios pacientes intubados, y no habían suficientes ventiladores en piso; por lo que los internos teníamos que ventilar a los pacientes, en lo que llegaban estos. Recuerdo que habíamos hecho un rol, para poder ir ventilando, relevarnos y poder completar nuestros pendientes.
Me tocó ventilar a una señora, mayor, que había sufrido un infarto. Me senté en la silla, junto a la cama, me coloqué los guantes, e inicié la ventilación.
1…2…3…ventilo
1…2…3…ventilo
-¡Aquí está!. Exclamó otra señora, mayor, de cabello cano, vestida elegantemente, con un collar de perlas que le daba dos vueltas al cuello corto.
- Mira como esta. Contestó otra señora, igual mayor, con un gran saco y una bolsa fuertemente agarrada.
1…2…3…ventilo
1…2…3…ventilo
Me quedé viendo a las señoras, quienes me devolvieron la mirada.
-Es nuestra hermana – dijo la del collar de perlas, mientras se colocaba a los pies de la cama, de mi lado.
La otra se acercaba con cuidado a la cabeza, y entre los tubos del catéter central, la máquina de infusión, le acariciaba el cabello.
1…2…3…ventilo
1…2…3…ventilo
- Mira como esta; pelona nuestra chiquita- Iba separando cada cabello cano de la señora. La señora de las perlas me voltea a ver, me toca el hombro y me dice
- Está llena de tubos, ¿para qué? Ya les dije que la dejen ir; pero –suspira- esos sus hijos.
Yo estaba sorprendida.
1…2…3…ventilo
1…2…3…ventilo
La hermana en la cabecera de la cama, seguía acariciando el cabello, el rostro; viendo más allá del catéter, de las vías y los tubos; más allá del rostro con los ojos cerrados y la boca abierta.
- Ya gruñona, ya enojona; ya vete en paz.
La hermana al pie de la cama, me comentaba entre risas.
- Es que es bien gruñona, la más enojona de las tres; y para que yo te lo diga.
1…2…3…ventilo
1…2…3...ventilo
En ese momento, llegaron los hijos con un médico, se acercaron a la mamá; el médico les comentó algo, y con la misma se fueron. Las hermanas guardaron silencio.
- ¿Y dónde vamos a dormir?
- Pues mira, aquí hay muchas camas, a codazos nos acomodamos, mira a esa señora, no se ve que tenga algo. Se ve toda cómoda.
Aguanté la risa.
1…2…3…ventilo
1…2…3…ventilo
La señora del collar empezó a acariciar las piernas de su hermana, quitando las pelusas del cobertor de manera distraída.
- Chiquita, hermosa, ya vete, ya descansa.
La hermana en la cabecera seguía contando sus cabellos.
1…2…3…ventilo
1…2…3…ventilo
A los pies de la cama, seguía acariciando las piernas, mientras me volteaba a ver para contarme
- Sabes, a pesar de ser bien enojona, es bien buena; directito se va a ir al cielo. Yo no creo, probablemente cuando llegue ahí San Pedro me va a preguntar que hacía. ¿Sabes qué le voy a decir?
- No señora
- ¡Le voy a decir que era prostituta! Así, hasta me va a dar las llaves de su cuarto.
Las dos hermanas soltaron la carcajada.
1…2…3…ventilo
1…2…3…ventilo
Muy dentro de mí quería reír; quería empaparme de esa humanidad, y de ese amor fraternal, que superaba los momentos más oscuros.
Terminó mi turno de ventilar; y al rato se consiguió un ventilador.
Toda la guardia me asomaba discretamente en el pasillo, y las veía verter palabras dulces sobre su hermana, palabras de aliento y de despedida; mientras una insistía en contar los cabellos y la otra en quitar las pelusas del pie de la cama. Muy dentro sabía que le iban quitando las preocupaciones de la cabeza y el peso de los pies; la volvían ligera y llena de amor, esperando su partida.
1…2…3...ventilo
1…2…3…ventilo
1…2…3…
